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La cantidad de población afectada supera con creces el necesario para que la ludopatía se considere una epidemia social.

El problema es la visibilidad de esta enfermedad. Es muy difícil descubrir al que la padece ya que todos la ocultan con mentiras y no tiene signos externos.

Acudían a la Casa de Campo, al «rincón de las bingueras», como se apodó a la zona en la que algunas mujeres se prostituían para recuperar el dinero que se habían dejado intentando cantar aunque fuera una línea, sin éxito. Así lo explican algunos expertos consultados por este semanario. El juego, percibido como algo aparentemente inofensivo y relacionado con el ocio, puede acabar con la vida de una familia entera.

La ludopatía es la jugada más voraz. Y la construcción de Eurovegas en la capital, no hace sino despertar cierto recelo entre los sectores que mejor conocen esta enfermedad. Desde la Federación Española de Jugadores de Azar Rehabilitados (Fejar), Juan Lamas argumenta la gravedad del proyecto. «Buscan beneficios pero no se fijan en la regulación. Según el dueño, habría que cambiar leyes, no habría un control de entrada y cada vez son más los jóvenes que caen, y España es el tercero en oferta de juego en el mundo, por detrás sólo de Estados Unidos y Filipinas», añade.

Por último, en lo que se refiere a los factores ambientales, «existe una presión social. En España hay gran oferta y demanda. Son más frecuentes los ambientes de juego y hay muchos estímulos externos», continúa Pascual. Sin embargo, ni los estímulos más potentes han superado la barrera de la crisis económica. Ésta es la única que, aparentemente, ha podido poner cierto freno, si no a la adicción, al menos sí a los ingresos que los afectados invierten en las máquinas. Así se desprende del trabajo de la Universidad Carlos III. Porque, aunque entre 2009 y 2011, según los investigadores, ha aumentado el número de personas que juega (en 2011 afirmaron jugar habitualmente a algún juego el 63,8 por ciento, mientras que dos años antes sólo lo hacía un 49,4 por ciento), éstos lo hacen con cantidades más pequeñas. Y si en 2010 el juego on-line movió 671 millones de euros, el año pasado la cifra descendió a los 649 millones.

Terapia
A la hora tratamiento, la asistencia en nuestro país ha tendido a seguir dos líneas: «una procedente de organizaciones de ex-alcohólicos, que se basa en un modelo de ayuda grupal de acuerdo con la experiencia de los sujetos en el problema, y otra línea cognitivo-conductual de manos de un profesional de la psicología, tanto para el sujeto como para los familiares y entorno», explica Sánchez Mazarro.

Pascual añade que «se trata de destruir cogniciones arraigadas como ‘‘yo tengo mucha suerte'' o ‘‘hay que arriesgar, porque acabaré ganando''. Después se modifican los hábitos como no llevar dinero o no pasar por sitios de riesgo». Mazarro concluye que «la siguiente fase es entrenar a la persona a autocontrolar el impulso a jugar, y la última es de prevención de recaídas»